lunes, 4 de mayo de 2009

LA OTRA REGENTA



Ayer paseando por El Fontán al pasar por las esculturas de las alfareras me dieron que pensar. Pensé en su significado. Y uno que aunque carbayón desde el 44 es también de raíces "campesinas"(vamos, de pueblu)vínome a la mente y al recuerdo tiempos de niñez. Y recordé cómo de "chavalín" mi madre me llevaba al Fontán y allí estaba lleno de mujeres como esa: vestidas con saya, mandil, faldas como se ven la escultura y con todo tipo de mercancías delante de ellas: manzanas de mingán, francesa, reineta parda, rayadas,etc.y verduras,huevos,hortalizas, tamates, pimientos, fabas, patatas, cebollinos... y según la época del año lo propio de la cosecha correspondiente. Se conocían todas y yo disfrutaba pues todas tenían hacia los "guajes" alguna consideración: una perrona, un real, una peseta o frutos secos o una manzana...algo siempre se caía. Pero las recuerdo de carne y hueso y algunas tengo presente sus nombres: Sagrario, Emilia, o la Riosana o Leoncia la del Valle(de Trubia)...Todas tenían una presteza y una alegría que contagiaba sobre todo cuando invitaban a la compra(!llévame una docena,fía¡/ anda por aquí, salada: !mira que rainetas tengo¡); y el regateo que se resolvía siempre de buen modo: ¡qué no te pesará!/¡va a pesáte!... Pero aquellas eras las otras Regentas. Llenas de energía y de viandas traían a la ciudad, a lo urbano, el color y el sabor de la aldea; de Grado, de Salas, de Proaza, Soto Ribera, Lugones, Siero o Colloto, San Esteban de las Cruces o Las Regueras, eran las embajadoras del campo en la ciudad y la Vetusta era por un día, el jueves de mercado, todos lo jueves, las otras Regentas: las de nuestras mesas de casa o incluso de los bares, restaurantes y mesones. ¡Qué opuestas a la Regenta de la Catedral! Su porte no era distinguido; no era burgués: tenía, sin embargo, la esbeltez del trabajo honrado, de la dignidad de la pelea por la vida, la alegría de la comunicación social y de la amistad que salía del trato comercial y luego de la amistad y el aprecio. Esto es lo que me evocó esta otra Regenta, negra por fuera pero dura, resistente, trabajadora y alegre. En esto además de regentas eran madres, madres de vida y ejemplos de laboriosidad. Un recuerdo para ellas.

3 comentarios:

Naranco dijo...

Poco se novela la historia de esas personas que dieron vida al Fontán durante muchos años. Yo, como tu,Marcelino, que nacimos en ese entorno recordamos y valoramos mucho esa estatua que perpetua un tipo de vida ya extinguido. Es la nostalgia del pasado. O la joven vejez que se aproxima.

Desde mi realidad dijo...

Muy bonita texto. Me ha gustado mucho este homenaje a esas mujeres que yo nunca conocí.

Ismael Camino dijo...

Y no te acuerdas de la Chata, la de Pumarín. Era una paisana como esa, pero con un rostro menos agraciado, mejor, hacía honor a su nombre. Con su carretillo y siempre hablando a voces. Seguro que la tienes en mente. Era un símbolo como la fotógrafo del Campo, la Torera. Hoy, Oviedo, no tiene símbolos vivos. O La Pixarra. Eran Regentas de la Vetusta postclariniana(perdón, por el término).