domingo, 17 de mayo de 2009
Hasta siempre Bennedetti
Hermano cuerpo estás cansado
desde el cerebro a la misericordia
del paladar al valle del deseo
cuando me dices / alma ayúdame
siento que me conmuevo hasta el agobio
que el mismísimo aire es vulnerable
hermano cuerpo has trabajado
a músculo y a estómago y a nervios
a riñones y a bronquios y a diafragma
cuando me dices / alma ayúdame
sé que estás condenado / eres materia
y la materia tiende a desfibrarse
hermano cuerpo te conosco
fui huésped y anfitrión de tus dolores
modesta rampa de tu sexo ávido
cuando me pides / alma ayúdame
siento que el frío me envilece
que se me van la magia y la dulzura
hermano cuerpo eres fugaz
coyuntural efímero instantáneo
tras un jadeo acabarás inmovil
y yo que normalmente soy la vida
me quedaré abrazada a tus huesitos
incapaz de ser alma sin tus vísceras.
«Te dejo con tu vida, tu trabajo, tu gente, con tus puestas de sol y tus amaneceres. Sembrando tu confianza, te dejo junto al mundo, derrotando imposibles, segura sin seguro (...) Pero tampoco creas a pie juntillas todo. No creas, nunca creas,
este falso abandono. Estaré donde menos lo esperes. Por ejemplo, en un árbol añoso de oscuros cabeceos. Estaré en un lejano
horizonte sin horas, en la huella del tacto, en tu sombra y mi sombra (...)».
«Debo ser una de las personas menos religiosas del mundo. La única religión válida para mí es la conciencia; y la poesía tiene mucha vinculación con la conciencia».
«Yo no sé si Dios existe, pero si existe sé que no le va a molestar mi duda».
«La utopía es una cosa que debemos mantener. Por definición, es algo que nunca se realiza por completo, una cosa que parece imposible y después resulta que se realiza. Siempre digo que los tres grandes utópicos que ha dado este mundo son Jesús, Freud y Marx. Gracias a ellos la humanidad ha dado pasos positivos».
«Aunque de cada utopía se realice un 10%, gracias a ese 10% la humanidad ha mejorado un poco. Yo soy un optimista incorregible».
«Con todos sus defectos, la utopía socialista es la que puede traer bienestar a la Humanidad. Pese al fracaso del socialismo democrático de los países del Este, porque no fueron fieles, y desvirtuaron la esencia, yo no me he borrado de las ideologías».
«Hay que vivir como si fuéramos inmortales».
«Cuando me entierren, por favor, que no se olviden de mi bolígrafo»,
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1 comentario:
¡Qué textos tan bonitos! Y qué pena me da. Se le echará de menos...
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