jueves, 2 de abril de 2009

EL MERCURIO

Nos anuncian ahora que los termómetros de mercurio no se venderán más puesto que dicho mineral es problemático para el medio ambiente. Ahora son los digitales. En mi casa aún conservamos uno de los "amarillos" de la época de mi juventud. Le tenemos hasta aprecio. Es como el viejo médico personal que te llegaba a casa y, además de tomarte la temperatura y aplicar el estetoscopio, pedía con vehemencia el café de manga-lo prefería al anís de guinda o la copa de orujo, entonces de moda- y conversaba largo y tendido sobre lo que se consideraba de actualidad. La visita era más de los cinco minutos por paciente. Por otra parte yo recuedo de niño cómo se rompía alguna que otra vez el termómetro y cómo acariciábamos con nuestras manos el líquido metal. Lo dividíamos en bolitas-mejor, se dividía él solo- y como si fueran canicas de acero jugábamos con ellas: recuerdo la suave caricia que esas bolitas deslizaban en nuestras manos y al estrellar una conta otra se rompían y subdividían en otras... Y el caso es que lo cuento... Recorriendo blogs he encontrado en el denominado Ciencia en el XXI este video que no dudo(con permiso) hacerlo nuestro: las vibraciones del mercurio. Espero que os guste.

1 comentario:

Mael dijo...

Marce, qué bien lo pasábamos con el mercurio. Menos mal que no nos daba por llevarlo a la boca... De la época de Santa Clara y Covadonga; de casa de Roberto y de Quini. De Rufino y Pinín. Un abrazo de Mael.