sábado, 11 de abril de 2009

LA CATEDRAL

Queda la ciudad en esta santa semana tranquila, paseable y alejada de ella el bullicio de la actividad diaria. Dirigí, como siempre, mis pasos hacia el centro. Es decir,"bajé a Oviedo",expresión que utilizamos los aquí nacidos pero no residentes en el casco viejo, cuando bajamos a Vetusta. Atravesé el Campo y me encontré con el verde húmedo de esta primavera en las hojas de los árboles y en un lugar frondoso, casi escondido, un monumento que pese a su considerable tamaño queda casi oculto, algo olvidado, un poco frío. Me acerqué al mismo y con mi móvil pensé en hacerle un pequeño hueco en mi blog. Leopoldo Alas Clarín se dejó fotografiar así.

Luego me vino a la mente su vida y la de sus familiares no muy bien parados por los destinos de la historia. Continué paseando y a los pocos metros ví la Catedral y recordé el comienzo de su novela La Regenta:

"...la torre de la catedral, poema romántico de piedra, delicado himno, de dulces líneas de belleza muda y perenne...La vista no se fatigaba contemplando horas y horas aquel índice de piedra que señalaba el cielo ... era maciza sin perder nada de su espiritual grandeza...y subía como fuerte castillo,inimitable en sus medidas y proporciones.Como luz de músculos y nervios, la piedra, enroscándose en la piedra, trepaba a la altura y ...como prodigio de juegos malabares, en una punta de caliza se mantenía(y se mantiene), cual imantada, una bola grande de bronce dorado, y encima otra más pequeña, y sobre esta una cruz de hierro que acababa en pararrayos".La imagen que pego así lo atestigua...

2 comentarios:

Desde mi realidad dijo...

Yo también utilizo siempre la expresión "bajar a Oviedo", incluso sin darme cuenta.
Bonitas fotos, son una buena muestra de la belleza de nuestra ciudad

Villanueva dijo...

Clarín es una figura del la literatura. Todos lo sabemos. Celebramos hace unos años su figura y recuerdo que en todos los centros de Oviedo y Asturias se recordó su obra. Quizá se efecto de un reconocimiento que trae consigo la calma de lo clásico y eterno. Está bien que blogs como el tuyo y cualquiera de los nuestros lo recuerden de vez en cuando. Tu glosa sobre su monumento y la descripción genial que hace de la Torre me parece que cumplen que la función del recuerdo.