martes, 9 de junio de 2009

GAZA,DESPUÉS


Gaza: Los pobres y los olvidados. Casi seis meses después de la devastadora guerra en Gaza, los palestinos siguen viviendo en medio de los escombros. Visitas,negociacines,proceso de paz, los ataques en uno y otro sentido se paran pero las ayudas a la reconstrucción aún no han empezado su trabajo. ¡Qué pronto se destruye y qué tarde se construye!

Del mismo modo que en un museo se exhiben los cuadros, en Gaza cada casa, cada escuela, cada hospital que ha sido convertido a escombros se exponen en un libro: el libro de la destrucción.
Hay una forma de codificación de las consecuencias de los conflictos. Por un lado se recogen los muertos y en listas ordenadas se hacen base de datos de las ruinas. Al final tenemos un mapa de tumbas de las cuales se puede incluso calcular su costo y lo mismo de las ruinas, podemos hacer gráficos y tablas y así compilar un documento lleno de datos y bien presentado. Pero todo este documento es algo frío, mecánico, cuantitativo. Pero al final es menos significativo que la realidad de lo ocurrido. Es mucho más emotivo y humano ver las fotos, el video y no digamos el verlo directamente en la misma Gaza.


En Gaza, los depósitos de los edificios han sido etiquetados y cotejados para así pasar a la historia como ejemplos de violencia. El edificio del Parlamento tiene como código el G1086-01 y las ruinas de los Ministerios de Tal al-Hawa se registra con el G10177-01 cuyas torres fueron vaciadas por las bombas de los F-16. Todos estos datos se registran en el Libro de la destrucción de Gaza que es realizado por Ostaz, el hombre responsable de su compilación. Todo está anotado con minuciosidad…pero sólo en la última página hay indicaciones de las consecuencias humanas: una fotocopia de una tarjeta de identificación y un número de teléfono para el jefe de familia; nada para las mujeres ni los ancianos ni los niños. Si se toma algunos de los números de los archivos que se refieren a personas y se siguen sus historias…Por ejemplo si se elige el nombre de Rajoub Yousef Al-Abed Al-Qaqa y un código - G1049-01 se ve que designa una casa en el campamento de refugiados de Shatti, en la calle Al Rashid, al lado del mar. Nos dicen que identificar nos costará trabajo pues de las casas en ruinas en todo el campamento ninguna coincide con el número anotado. Dicen que está muerto en la lucha y que era combatiente de Hamas…Así hay niños que hicieron sus camas entre los escombros como Ahmad Wael Lian, de 18 años de edad, que se dedican a la venta de melones y que no saben por que su edificio fue bombardeado el 14 de enero pasado.
O el caso de Ismail Hamouda, un trabajador de la madera, cuya maquinaria fue aplastada debajo de las columnas de cemento, ha traído un coche rojo con un gato para intentar levantar el piso caído. En total 15 toneladas. No hay justicia para estas situaciones y para estos esfuerzos.
Las ayudas internacionales aún no llegan. No hay campamentos o albergues provisionales siquiera, no hay ninguna instalación que apoye a estas gentes, agua, alimentos con cierta continuidad. Ni los gobiernos, ni la asociaciones no gubernamentales, ni la ONU… Ni la iglesia ortodoxa ni heterodoxa, ni la oriental ni la occidental… Los niños y los ancianos, hombres y mujeres supervivientes siguen infraviviendo…

3 comentarios:

mariano santiso dijo...

El drma como siempre es que hoy ya no son noticia, pero tienen que continuar viviendo

marcelino dijo...

Por eso muchas veces es necesario volver, cuando no están en primer plano de actualidad, a los acontecimientos para ver cuales son los efectos y los comportamientos fuera de la actualidad y del valor mediático. Salu2.

Desde mi realidad dijo...

Es horrible que tengan que continuar su día a día en esas condiciones, rodeados de destrucción. A veces es bueno olvidarnos de nuestros problemas y centrarnos en aquellos que realmente padecen...