miércoles, 17 de junio de 2009

EL CUARTO PODER


Todos sabemos que los tres poderes, el legislativo, el judicial y el ejecutivo, tiene que estar separados para que un Estado funcione con criterios de independencia y democracia. Pero hay un cuarto poder que no aparece como tal pero que está incluído de una manera más o menos oficial en muchos estados, tanto en los llamados occidentales como en los orientales próximos o lejanos. Y es el poder religioso. Desde el concilio de Nicea y la Roma de Constantino,la creencia católica ha estado incluída en el estado. Lo mismo pasa en Bizancio y actualmente en los países árabes, como en la lejana China de Confucio y Mao, o en la India de musulmanes, budistas, panteístas y demás versiones. Nosotros durante cuarenta años vivimos lo que es la unión de estado y religión. Sabemos hoy en día las reminiscencias que aún existen de ese poder con los otros tres unidos en un único y mismo palio. No serían tres en uno y sí cuatro en uno: legislativo,judicial, ejecutivo y religioso en una sola persona. Es el caso del estado del Vaticano, cuatro en uno. Viene todo esto a colacción por lo que pasa en Irán. Unas elecciones en las que la oposición ha visto que el poder único religioso controla todo hasta el recuento de las urnas sin las sufientes garantías de independencia y englobado todo por la creencia fija, inamovible, conservadora y rígida que ata a una gran mayoría de la sociedad que es universitaria, que se relaciona por los nuevos medios de comunicación-Internet y todos sus derivados- de tal manera que la información oficial no coincide en nada con la realidad que está sucediendo antes, durante y después de las elecciones. ¿Qué rémora para un país es la sotana como símbolo del inmovilismo en nombre de un dios y unas doctrinas religiosas que ponen al individuo y a la sociedad civil al servicio de las liturgias y creencias islámicas? ¿ Cuánto tiempo perdido, cuántos problemas de relaciones sociales, de avances en las libertades, en nombre de Alá y de sus seguidores? ¿ La religión, sea de una forma u otra, cuánto detiene el progreso de la humanidad? En la medida en que los estados sepan separar sus poderes y prescindir de ese cuarto poder el mundo progresará hacia estados de libertad y de organizaciòn racional y lógica. Yo así lo veo. Según se indica en Safe-democracy-org y en su artículo Elecciones en Irán: panorama incierto y confuso, la aplastante victoria de Ahmadineyad por el 62% de los votos frente al 34% de Musavi supuso una sorpresa para muchos y fue el desencadenante de las protestas que desde hace cinco días mantienen paralizado el país.
Musavi goza del apoyo de la mayoría de los jóvenes, que representan el 60% de la población, por lo que la sombra del fraude electoral cubrió el país prácticamente desde el primer momento.
Finalmente, es necesario repetir que independientemente de lo que suceda, de ningún modo esta elección presidencial habrá de cambiar diametralmente la política exterior emprendida por Irán. Primero, porque todos los candidatos están de acuerdo con las bases fundamentales de la Revolución Islámica, de allí que los aprobó el Consejo de Guardianes. Segundo, porque en el Parlamento hay mayoría “principalista” luego de las elecciones legislativas del año pasado. Tercero y fundamental, dado que por el sistema de Velayet el-Faqih (doctrina de primacía de la religión sobre la política) es siempre el Ayatollah quien tiene el poder supremo, más aún en temas de política exterior como el caso nuclear. Es decir, el cuarto poder domina al estado islámico y en otros países tiene influencia en gran medida´.


Sobre las elecciones en Irán

Al menos, uno que "aparece" es Christopher Hitchens: "No llamen a lo que sucedió en Irán una elección".
Amir Taheri: "Nadie puede pretender que teocracia y democracia son compatibles".
John Bolton, de quien apunto esto: "El estilo de gobierno de Obama contempla el hacer discursos como un relajante y conveniente sustituto para la acción de un presidente".

Michael Rubin: "The problem in Iran — as evidenced by this election — is that the government is not accountable to the people. As far as the Islamic Republic’s leadership is concerned, sovereignty does not rest with the people, but with God."
Geert Wilders (antes de las elecciones): "No importa quien gane. La retórica al final del día es la misma".

2 comentarios:

Siesp... dijo...

En mi opinión, en occidente se pueden crear falsas espectativas con Musavi. Éste es la cara bonita de una mima moneda. Posiblemente con Musavi se les podría reducir un centímetro de velo a las mujeres o alargar 5 minutos el horario de cierre de los comercios, pero mientras los Guardianes de la Revolución tengan el mando no hay nada que hacer en Irán. Y menos con un dios viviente en la Tierra como es el Ayatolah.

Históricamente se ha comprobado que pueblos con esa clase de regímenes necesitan una revolución de verdad, de esas que corta cuellos. Y la única manera de que eso se produzca es manteniendo a los más fanáticos en el poder, puesto que la globalización se encargará de que los jóvenes acaben saliendo a la calle a comérselos de una puñetera vez.

Algún día el Ayatolah se dará cuenta que hay que cambiarlo todo para que nada cambie y permitirá gobernar a Musavi o un similar. Pero no nos equivoquemos, el cáncer es dios, y afortunadamente en el caso de Irán, su dios vive con ellos físicamente haste que le corten el cuello a él y a sus guardianes de la revolución.

No hay más remedio.

Saludos.

marcelino dijo...

El problema está en el cambio sólo. Sino en el tipo de cambio.
¿Qué es mejor y más efectivo, un cambio gradual, de transición y de apertura hacia occidente aunque de momento se mantengan estructuras islámicas o uno total donde se sustituya el dios y el alá? El segundo sería el mejor, rápido, efectivo pero traumático. Aunque el mayor trauma ya está instalado en la sociedad árabe con el islamismo en todas sus versiones. Por eso quizás tengas razón, Siesp.. El estado sin religión. El estado laico.