EL CASO DE ALEXANDER SELKIRK

Nacido en 1676 en Escocia en el año 1703 se embarcó como maestre en Cinque Ports, un buque con patente de corso del Gobierno británico para saquear los barcos españoles y portugueses. Preocupado por la temeridad de su joven capitán de veintiún años y por la deplorable condición en que se hallaba el buque, Selkirk exigió que se le dejara en tierra, a la espera de un pronto rescate,en el archipiélago de Juan Fernández. El capitán accedió y Selkirk fue abandonado voluntariamente, llevándose consigo a la isla únicamente ropa, sábanas y algunas herramientas, un fusil de pedernal, tabaco, una tetera y un libro.Así comenzó cuatro años seguidos de soledad.
Era una isla desierta en la que los únicos mamíferos eran cabras,ratas y gatos que otros navegantes habían introducido en el pasado. Pero tras un período inicial de soledad y depresión, Selkirk se adaptó y se dedicó a cazar cabras, recolectar mariscos y frutas, recoger las verduras que habían plantado sus predecesores, hacer fuego frotando palos, fabricarse ropas con pieles de cabra y mantener a raya las ratas domesticando unas crías de gato para que compartieran sus habitaciones.
Selkirk fue rescatado en 1709 por un barco británico dirigido por el capitán del Cinque Ports. La tripulación quedó asombrada por aquel salvaje vestido con pieles y ya casi con un inglés apenas ininteligible.Embarcó de regreso a Inglaterra y se alió con un escritor para producir un relato de su aventura.Nunca se adaptó a la vida sedentaria en tierra firme y volvió a navegar en 1720 y murió de unas fiebres un año más tarde en la costa africana.
Las contingencias del tiempo y del carácter fueron las que produjeron la historia de Alexander Selkirk. Pero la contingencia que aquí nos importa es la lección de otra historia, la de los habitantes no humanos de las islas de Juan Fernández y de otras islas como ésta.Pues aunque Selkirk no lo supiera aquellas islas estaban habitadas por los descendientes de antiguos naúfragos: plantas, aves e insectos que arribaron a la isla por accidente miles de años antes que él. Sin saberlo, Selkirk, vivía en un laboratorio, el laboratorio de la evolución.
En la actualidad las tres islas de Juan Fernández son un museo viviente de plantas y animales exóticos, raros, con especies endémicas, es decir, que no se encuentran en ninguna parte del mundo.
Las especies que se cuentan son:
**Cinco especies de aves(incluído un colibrí gigante de unos doce centímetros y color pardo rojizo),

**126 especies de plantas(incluídos girasoles peculiares),
**Un lobo de mar y

**Un puñado de insectos.
Las especies que no se cuentan,es decir, lo que le falta también es notable: no acoge ninguna especie de anfibio, reptil o mamífero, especies que sin embargo son comunes en todos los continentes.Esto es la característica de las llamadas islas oceánicas: formas de vida extrañas y eflorescentes y ausencia de muchos grandes grupos de vida frecuentes. Esta doble característica aporta pruebas a favor de la evolución.
Que las distribuciones de las distintas especies no se explican por la creación sino por la evolución. Dichas peculiaridades se explican por que las plantas y animales de las islas Juan Fernández dispusieron de medios para dispersarse a gran distancia y después de llegar a las islas pudieron evolucionar creando una peculiar y típica biogeografía.

Y estas características se dan no en todas las islas: en las islas continentales(aquellas que estuvieron unidas al continente correspondiente) conservan y mantienen las mismas especies autóctonas mientras que en la islas oceánicas(aquellas que se alzaron desde el fondo del mar,desprovistas de vida, por la erupción de un volcán o por el crecimiento de arrecifes coralinos) faltan muchos tipos de especies autóctonas que encontramos en los continentes y en las islas continentales.

NOTA: El archipiélago Juan Fernández es actualmente parte del territorio de Chile. Lo componen las islas Robinson Crusoe (antiguamente conocida como Más a Tierra), Alejandro Selkirk (Más Afuera), el islote Santa Clara e islotes menores. Se cree que Selkirk al regresar a Inglaterra se puso de acuerdo con un escritor para escribir sus aventuras solitarias en la isla de su nombre en un libro de título The Englishman que supuestamente inspiró a Daniel Defoe para la creación de Robinson Crusoe.

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