miércoles, 23 de diciembre de 2009

EL ORIGEN DE LA NAVIDAD


Estamos en unas fechas que llamamos de siempre-desde nuestro siempre que es corto en el tiempo aunque nos parezca mucho ya- Navidad. En nuestras casas, en las calles, en los comercios, hay una transformación-etimologicamente perfecto-,un cambio en las formas, en lo externo: se ponen luces, se adornan con motivos distintos, la música inunda todos los ambientes y la gente está llenando todos los espacios. La vida se dinamiza, se va de aquí para allá, con bolsas, con regalos, con guirnaldas y espumillón, velas, colores brillantes, abrazos, besos… buenos deseos, buenas fiestas, mejor entrada y salida de año, etc. Todo esto tiene un origen, un primer origen, que es el nacimiento de Cristo… Esto si lo preguntas es lo que contesta la mayoría de la gente. Unos con más entusiasmo, otros con menos y algunos menos aún se atreven a decir que todo esto es un montaje. Para el que así opina enseguida se le tacha de ido o no venido a la realidad. Pero detrás de esa mentalidad puede estar el pensamiento de un ateo o de un dudoso, de un escéptico o simplemente de alguien que trata de racionalizar o saber qué hay en todo esto de la Navidad.
Y responderá que el origen de estas celebraciones no es cristiano. Anteriormente a la aparición del cristianismo hubo pueblos y civilizaciones que realizaban estas fiestas. ¿Pero cuál era su motivación si no conocían el cristianismo?
El 25 de diciembre celebraban los romanos la fiesta del Nacimiento del Sol Invicto, asociada al nacimiento de Apolo, y considerado como el día del solsticio de invierno. Cuando Julio César introdujo su calendario, el 25 de diciembre pasó a estar situado entre el 21 y el 22 de diciembre del calendario gregoriano. De ahí que los cristianos tomaran el día 25 como día del nacimiento de Jesucristo.

Durante una semana, también en esas fechas, los romanos celebraban el festival llamado Saturnalia, en honor a Saturno. Durante su celebración, se posponían negocios y guerras, se intercambiaban regalos, y se liberaba temporalmente a los esclavos, costumbres que se asemejan con las actuales tradiciones navideñas.


El 26 de diciembre, los germanos y escandinavos celebraban el nacimiento de Frey, dios nórdico del sol naciente. Adornaban un árbol de hoja perenne que representaba el Yggdrasil o árbol del universo, costumbre que se transformó en el actual árbol de Navidad.
Los aztecas celebraban del 7 al 26 de diciembre el advenimiento de Huitzilopochtli,
dios del sol.

Los primeros evangelizadores fueron poco a poco sustituyendo a los personajes originales por personajes del cristianismo, para darle un carácter cristiano a la celebración.


En general, las celebraciones llevadas a cabo en estas fechas estaban muy relacionadas con el sol, ya que coincidían con el solsticio de invierno. En el hemisferio norte, al ser el día más corto del año, se consideraba que los días iban creciendo (se hacían más largos) conforme crecía el dios del sol. En el hemisferio sur, al ser el día más largo, el dios del sol alcanzaba su mayor poder.

Así que ya sabéis,-puede decirnos el ateo, el dudoso, el escéptico- yo en esas fechas no celebro el nacimiento de Jesucristo, sino el nacimiento del dios del sol, mi único y verdadero dios. Y nos lo explicará así:
En primer lugar, la fecha del nacimiento de Jesucristo genera dudas incluso entre algunos cristianos (en concreto, los Testigos de Jehová), que consideran poco probable que el 25 de diciembre en Belén, los pastores pasearan por la noche al aire libre con sus rebaños, según el Evangelio de Lucas 2:8-12. En esa época, el frío, la lluvia y la nieve estarían presentes en esa zona del mapa, por lo que resulta poco creíble que los pastores pasearan de noche.

Este argumento se puede rebatir fácilmente, pero al no indicar la Biblia una fecha para el nacimiento de Jesucristo, y existiendo anteriormente fiestas paganas celebradas en esas fechas, parece más realista pensar que los cristianos adaptaron sus celebraciones para aprovechar otras anteriores ya establecidas entre el pueblo.
(Continuará...)

1 comentario:

Daniel dijo...

El origen de estas fiestas se pierde en el tiempo y en la mezcla de culturas muy diferentes. Feliz Navidad Marcelino, que lo pases muy bien.