lunes, 14 de diciembre de 2009

COMETAS EN EL AIRE


El magnífico libro Cometas en el cielo que acabo de ver en su versión cinematográfica está bien reflejado en el film que pude visionar en este fin de semana lluvioso y oscuro. Son magníficas las escenas de Kabul con los niños Hassan y Amir llenando el cielo de cometas multicolores y jugando o compitiendo a cortar a las mismas. También es precioso esa primera parte del diálogo infantil entre los dos niños afganos que se interrumpe de forma abrupta y dura con la aparición de los niños pastunes que les recriminan su forma de jugar y de vivir hasta que se produce el primer ataque y la división entre la amistad de los dos niños en los que contrasta la valentía y fidelidad de Hassan frente a la cobardía y envidia de Amin. A partir de ahí podemos ver a través de su historia la vida de Afganistán así como el paisaje y los hábitat de los talibanes. El final es también una magnífica lección de arrepentimiento y de descubrimiento.
Llevo una temporada conquistado por ese país. Los libros leídos, las películas visionadas, el conocer la historia y vida cotidiana de esos pueblos me aparece como algo obligatorio. Es como si lo que yo puedo hacer por esos pueblos es muy poco me parece una desconsideración mucho mayor no tener conocimiento de su situación y por tanto sin conciencia de lo que ocurre. Desde el punto de vista humano, del
punto de vista histórico por ser un país y una región que está en el intermedio de la lejana Europa y la no menos próxima China, entre el oriente medio y el oriente lejano está Afganistán: el oriente medio. Su ayer y su hoy y su futuro no sé por qué me parecen poder ser el indicador de la paz o no paz en el mundo. Los niños, sus madres, las mujeres, los hombres, sus creencias, sus sectas, su modo de vida e incluso su paisaje me produce impresión de algo misterioso y sobre todo injusto.Pastunes, talibanes, los Al Qaeda, la acción de los EE.UU. y las potencias occidentales, la sucesión de invasiones, rusa y americana...todo me produce un interés que poco a poco voy saciando con informaciones de distintas fuentes.
Una última información es la relación entre el comercio del opio y los pastunes productores del mismo en Afganistán. Parece ser que los terroristas mantienen relaciones económicas muy estrechas con los pastunes. Recientes informes señalan que Al Qaeda en el Magreb Islámico están colaborando con los narcos pues les ofrecen protección a cambio de parte del dinero del negocio de la cocaína que entra en al continente por Guinea Bassau y que sube por tierra a Europa. Según información de la ONU esta ruta mueve entre cincuenta y sesenta toneladas de droga al año por valor de más de mil millones de euros.
Según el bloguero de guerra HernánZin deberíamos considerar lo siguiente: "Si tomamos en cuenta que este tráfico parte rumbo a África desde Colombia, donde la simbiosis entre violencia armada y drogas es muy estrecha, quizás deberíamos preguntarnos por la conveniencia de cambiar de estrategia, de terminar con tantas hipocresías y legalizar de una vez por todas las drogas pues al final se da la situación surrealista en que el ciudadano que en Europa o EE.UU. consume la cocaína, el hachís o la heroína que financia a los grupos terroristas, después paga con sus impuestos los costes de los ejércitos que deben ir a luchar contra esos mismos grupos armados".

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