lunes, 28 de febrero de 2011

EL VALLE DE LAS PATATAS.



Está claro que leer un libro es adentrarse en otro mundo. Estoy en este momento en el valle de las patatas. En tiempo no muy lejano esas patatas hicieron ganar medallas a sus cultivadores…Tierra fértil la del valle, rodeado de montañas, casi tanto como las de la ribera, cada año daba también zanahorias y hermosos repollos, y sus árboles se doblaban bajo el peso de las frutas como si hicieran una reverencia. Después los lugareños compraron camiones y siguieron llevando sacos de patatas a los mercados de Rostov, Krasnodar, Stávropol y Astracán, e incluso más allá de los Urales. No sólo vendían las estupendas patatas y zanahorias cultivadas en el valle, sino también tomates y manzanas que compraban a los agricultores georgianos y azerbaijanos. Los campesinos de estos países no se atrevían a viajar a los mercados rusos por temor a la corrupta policía local y a los cosacos, famosos por su crueldad…Estamos en el valle de Kadar, en el corazón de Daguestán, a medio camino entre las montañas del Cáucaso y la orilla del mar Caspio. En tiempo este valle había sido un koljós que llevaba el nombre de Koljós del Komsomol Leninista.
Es la época del desmoronamiento del imperio ruso que no era sinónimo de alegría desbordada por la libertad obtenida, ni siquiera indiferencia por la llegada de la nueva libertad que más bien se asociaba con una degradación humillante…La guerra de Rusia con los chechenos en venganza por querer reivindicar su libertad a cualquier precio curó a los montañeses caucásicos del complejo de inferioridad que tenían frente a los eslavos y la fe en Alá, de la que se habían avergonzado durante años, de pronto comenzó a ser para ellos algo básico y fundamental además de fundamentalista. Por otra parte los jóvenes a los que sus padres habían enviado a Arabia a peregrinar y a estudiar volvían ahora a sus casas y se reían no solo de sus progenitores, sino incluso de los doctos religiosos musulmanes.Así nos lo cuenta Wojciech Jagielski en tres capítulos de su libro Torres de piedra.
Torres de piedra es un magnífico relato que ahora estoy leyendo en su primer capítulo denominado Verano. La situación de esos pueblos entre dos montañas, entre dos religiones, entre dos generaciones y dos guerras; entre campesinos y guerrilleros, entre los recursos petroleros y las patatas y zanahorias, entre el poder del héroe y señor de la guerra y el político calculador y oportunista, entre el mar(Caspio) y la montaña(Caúcaso) es más que historia relato casi actual…El final del verano termina con la invasión por los rusos del valle de Kadar, con helicópteros disparando misiles contra las casas, cañoneando con tanques y haciendo abandonar a los diez mil habitantes del valle y los guerrilleros de Yarullah se ocultaban en bodegas y en los bosques que protegidos por la meteorología de nieblas espesas y lluvias torrenciales...El ejército ruso se impuso y causó una derrota clara
a los montañeses rompiendo su increíble resistencia...


Vamos, como se dice por algún sitio, una historia bien contada, aunque sea verdad.


Luego de la Caída de la URSS el año 1991, el conflicto de Chechenia es una de las consecuencias bélicas más grandes y sangrientas que ha atravesado dicho país en su transición a la democracia.

Su origen se remonta en tiempos del imperio ruso, donde el zar Nicolás I busca controlar la provincia del Cáucaso para detener las fronteras del Imperio Otomano. Este objetivo solo fue cumplido recién en 1859, 29 años después de haber comenzado la invasión.

Durante la revolución Rusa, Daguestán logra su independencia en 1917, la cual contaba además con Chechenia dentro de su territorio. Sin embargo en 1923 tropas bolcheviques toman Daguestán formándose así la República Autónoma Socialista Soviética Checheno-Ingushkaya durante la formación de la naciente Unión soviética.

Durante la segunda guerra mundial, Stalin acusa colaboracionismo con efectivos nazis a miles de chechenos que son deportados fuera de su tierra a Siberia y a Kazajstán. Otros tantos mueren en la resistencia. En 1957, el gobierno soviético permite la vuelta de los deportados y con esto restablece la republica de Chechenia-Ingushetia.

Ya con la caída de la URRS un ex general soviético, Bojar Dudayeb, declara la independencia de Chechenia el 27 de octubre de 1991 con un 90% de aprobación, sin embargo, tal declaración no fue admitida por Rusia.

Es ahí donde se inicia la guerra Rusa-Chechena, conflicto bélico que dejo a más de 100.000 personas, entre ellos civiles. Este episodio se separo en 2 etapas, una que corresponde a la primera guerra chechena entre los años 1994 y 1996 que se inicia con el golpe que produce Rusia al intentar retomar en control de la secesionista republica. El conflicto fue un fracaso para el Kremlin quienes tenían superioridad en armamento, infantería y apoyo aéreo. Esta desmoralización que sufrió el ejército ruso produjo una declaración del presidente Boris Yeltsin a cesar el fuego en 1995. El año siguiente se retiraron las tropas rusas de Chechenia. Después de la muerte de miles de civiles, el 27 de Mayo de 1996, el presidente ruso, por primera vez inicia un dialogo con los rebeldes para iniciar tratados de paz.

Cerca de 5.500 soldados rusos y más de 73.000 chechenos murieron en casi dos años de guerra. Sin embargo, el conflicto se reinicia en 1999 pese a los tratados de paz vigente a la época. Esta segunda etapa se conoce como la segunda guerra chechena.

La guerra comenzó el 21 de agosto de 1999, cuando el primer ministro ruso Vladímir Putin ordenó al ejército ocupar las zonas fronterizas para impedir nuevas incursiones chechenas contra Daguestán, mientras comenzaba un demoledor ataque aéreo contra la república rebelde. En los meses iniciales de la guerra, Rusia se apoyó en un masivo ataque aéreo y terrestre utilizando misiles balísticos contra las principales ciudades. La población civil fue evacuada fuera de la república. Los rusos avanzaron hacia la capital Grozni sitiándola durante la Navidad de 1999 y la reconquistaron en enero de 2000 tras destruir lo poco que quedaba de ella. Después avanzaron hacia las otras ciudades, retirándose los rebeldes a las montañas del norte, desde donde comenzarían una larga guerra de guerrillas contra las tropas rusas y los paramilitares chechenos colaboracionistas.

Desde entonces este conflicto ha tomado un matiz terrorista de parte de los rebeldes chechenos en paralelo con tácticas tradicionales de guerrillas. Entre ellas destacamos el asalto al teatro de Moscú el 23 de octubre del 2002, Atentado en contra el lujoso tren Nevsky Express, que comunica Moscú y San Petersburgo, el 30 de noviembre del 2009 y en el metro de Moscú el 30 de marzo de 2010. Cabe destacar que los últimos atentados terroristas han sido productos de las mujeres viudas de los soldados chechenos muertos en las guerras anteriores.

La aprobación en Rusia de una guerra con Chechenia cada día baja mas, mientras que se escuchan y elevan las voces para pedir una tregua y sentarse a dialogar por la paz de la región.

¿Es acaso esto, la victoria de las políticas del terror?

FUENTES:

CursoPolíticaBlog.
War Dagestan.

2 comentarios:

Siesp... dijo...

Diorrrrr, Marcelino. He tenido que detener el visionado del vídeo cuando he visto el bombazo que borra a los que están trajinando el cañon. Bufff.
Al haber cortado la visión, me he dado cuenta de que la condición humana es muy peculiar. Digamos que yo he mirado a otra parte. Y ese gesto inconsciente (o de defensa)mio, es un gesto muy consciente de los países que hacen oidos y ojos sordos y ciegos a algunas guerras del mundo que se encuentran enquistadas; y todo porque, o se dan en zonas que importan un pimiento al resto de la humanidad, o están en zonas controladas por alguna potencia "amiga" de la que dependemos energética o estratégicamente.

Mucho lio para algo tan simple. Y siempre encontramos por enmedio el interés económico.

Afortunadamente nos falta poco para empezar a cambiar los valores (voluntariamente o a la fuerza): hoy el dinero lo arregla todo, pero pronto entenderemos que el interés económico no sirve para limpiar la atmósfera ni la inmensa mancha de bolsas de plástico del Pacífico norte.

En fin, estoy derivando, y todo por no haber tenido el valor de continuar con el vídeo.

Un abrazo.

marcelino dijo...

Estimulado por la lectura periodística de Torres de piedra también me he visto metido en la guerra...Quiero decir que una de las cosas que aporta la red es la posibilidad de sumergirse en la guerra desde el sillón de casa, al calor de los radiadores y con la copita a unos centímetros. Esto es casi puro narcisismo sobre todo cuando al entrar en portales como el Chechenia War te permite "estar" junto al mortero o dentro del tanque o unos centímetros de la explosión o de los cuerpos jóvenes que yacen inermes y con la sangre caliente brotando de los cuerpos y observar cómo se adentran por el bosque y resuenan en nuestros oídos las ráfagas...Y esto está ocurriendo ahora, ayer y mañana y reconocer que está tan cerca convierte la lectura diaria del periódico o la visión de la información televisiva en algo muy frío, distante e incluso muy alejado de la realidad.
"Mucho lío para algo tan simple..." Es cierto, Siesp, tan simple como el poco valor de la vida de muchos, de muchos, demasiados hombres y mujeres...Mucho queda por hacer todavía al hombre para que el diálogo supere a la guerra, al interés económico, al desarme, al desastre ecológico...Queda mucho por hacer. Hasta otra.