martes, 1 de febrero de 2011
EN MAYOMBÉ MATÉ A DIOS...
Libro curioso.Escrito por una mezcla de hombre de letras y guerrillero.Pepetela(Artur Carlos Maurício Pestana dos Santos)es el autor cuya biografía se escribe naciendo en Benguela, Angola.Estudia en Lisboa ingeniería y combina actividad de escritor y enseñante con la lucha por la liberación de Angola. Desde Argel trabaja con el Movimiento Popular de Liberación de Angola(MPLA). Y en Cabinda se encuentra la selva tropical de Mayombe que da el nombre a este libro que me sirve de iniciación a otro viaje al África profunda de Angola y el Congo.
Tres denuncias presenta Pepeleta en sus seis capítulos. Primero, el tribalismo de la población nativa;segundo, el racismo y tercero, el poder que se sacraliza totalmente.A través de su autobiografía nos cuenta sus tiempos en el seminario que le conducen al ateísmo..."¿Por qué los curas, tan puros, tan castos, tan santos, tan bondadosos, que nos preparaban para servir a Dios, para merecer a Dios,prometiéndonos las delicias de la vida celestial, nos hacían la vida negra en el seminario, eran tan arbitrarios, tan crueles y tan sádicos en los tormentos que inventaban? Eso me ha llevado a desear lo que más los horrorizaba, a querer conocer lo que ellos más temían, a procurar lo que ellos nos prohibían ver u oír o sentir. Fue en pleno seminario, en una anexo; era una criada que aliviaba a los seminaristas y ¿quién sabe? a algunos curas...y comulgué en pecado para que no se notara lo que pasaba y continué con la criada...hasta que a los dieciséis años, fuera del seminario,de donde fui expulsado por el racismo de un cura blanco,se me hizo intolerable el maldito infierno perseguido por los miles de crímenes y placeres innobles...O negaba y mataba lo que perseguía o enloquecía de miedo. Maté a Dios, maté al infierno y maté el miedo...Y así fue la manera de encontrar la paz interior..."
El desengaño de la guerrilla se produce en la surucucú(especie de víbora) cuando hablando de los componentes de aquella dice que la revolución está lejos de todos. Sólo hay problemas de dinero o indisciplina y denuncia que en una revolución están los que viven para ella y los que viven de ella. Pero cuando llega el momento decisivo los guerrilleros dan la vida unos por otros...los cabinda dan la vida por los kimbundos y estos por los kikongos...
Nicolás Guillén creó esta poesía que bien podía estar dirigida a la surucucú:
¡Mayombe--bombe--Mayombé!
¡Mayombe--bombe--Mayombé!
¡Mayombe--bombe--Mayombé!
La culebra tiene ojos de vidrio;
la culebra viene y se enreda en el palo;
con sus ojos de vidrio, en un palo,
con sus ojos de vidrio.
La culebra camina sin patas;
la culebra se esconde en la yerba;
caminando se esconde en la yerba,
caminando sin patas.
¡Mayombe--bombe--Mayombé!
¡Mayombe--bombe--Mayombé!
¡Mayombe--bombe--Mayombé!
Tú le das con el hacha, y se muere:
¡dale ya!
¡No le des con el pie, que te muerde,
no le des con el pie, que se va!
Sensemayá, la culebra,sensemayá.
Sensemayá, con sus ojos,sensemayá.
Sensemayá, con su lengua,sensemayá.
Sensemayá, con su boca,sensemayá ...
La culebra muerta no puede comer;
la culebra muerta no puede silbar;
no puede caminar,
no puede correr.
La culebra muerta no puede mirar;
la culebra muerta no puede beber;
no puede respirar,
no puede morder.
¡Mayombe—bombe--mayombé!
Sensemayá, la culebra…
¡Mayombe--bombe--mayombé!
Sensemayá, no se mueve…
¡Mayombe—bombe--mayombé!
Sensemayá, la culebra…
¡Mayombe—bombe--mayombé!
Sensemayá, se murió!
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PEPETELA
NICOLAS GUILLÉN
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