jueves, 19 de noviembre de 2009

El muro de Berlín


“En el Ministerio del Interior ya no hay vida. En el despacho del ministro Friedrich Dickel, Egon Krenz, Heinz Kessler, el ministro de Defensa, Willi Stoph y Erich Mielke están reunidos para seguir por televisión el gran acontecimiento berlinés. En una noche, Erich Mielke ha envejecido quince años: su larga figura está encorvada, sus párpados caídos, los labios exangües. Se han establecido dos líneas telefónicas permanentes con los “procónsules” soviéticos en la RDA.Una con el Estado Mayor del Ejército Rojo en Wünsdorf y la otra con la KGB en Karlshorst. Estos últimos están dispuestos a reunirse con Mujaíl Sergueievich en Moscú. Si se produjera el menor incidente en las inmediaciones del Muro, el gran hermano comunista lo sabrá en tiempo real.
Enfrente, cinco televisores. Uno de ellos está sintonizando en la primera cadena alemana oriental, a la que Egon acaba de autorizar para transmitir en directo la manifestación. Las otras retransmiten las imágenes de las cámaras de vigilancia instaladas en los puntos neurálgicos de la capital. De momento, los cinco bonzos del partido no tienen más que un motivo de preocupación: una circulación anormalmente densa para un sábado por la mañana colapsa la capital. Los Trabant, los Wartburg, los Lada provenientes de toda la RDA convergen en las arterias que llevan al centro…”
Se refiere este párrafo a Berlín, sábado 4 de noviembre de 1989. El libro de Jean Marc Gonin y Oliver Guez relata de forma sencilla y amena el proceso de desintegración de la República Democrática Alemana, es decir, la Alemania del Este. Desde la noche del domingo 5 de febrero de 1989 hasta el sábado 11 de noviembre del mismo año en que un violinista sobre una decrépita silla de escritorio tapizada toca allí la marcha fúnebre de la muralla de hormigón y acero.
El relato de las interrelaciones entre los dirigentes de la RDA y Moscú, Erich Honecker, Gorbachov, la policía Stasi, Politburó,enlaces con la RFA y sus dirigentes especialmente el primer ministro H. Kohl y sus reacciones y sobre todo la emergencia dentro de la sociedad de la Alemania del Este de los movimientos estudiantiles, obreros, las actividades de asociaciones, las asambleas en las iglesias, las manifestaciones, las dudas, las desconfianzas, los temores, toda la intrahistoria de este proceso que este años celebra su veinte aniversario se vive en los dieciséis capítulos y el epílogo de esta crónica de algo que debería repetirse en los otros muros que aún existen y persisten en nuestros días y nuestros estados. Una lectura recomendable.

1 comentario:

Andrés Martínez Trapiello dijo...

Hemos vivido ayer y recordado hoy estas imágenes que nos muestras.
He vuelto a apreciar aquello, he regresado a ayer con mi mente para volver a sentir la ilusión…

Andrés