EL INNACESIBLE

Sobre lo que hay en Corea del Norte.
Está claro que los pueblos a lo largo de la historia tienen que sufrir las "fantasmadas" de muchos de sus dirigentes que con sus enfermedades mentales los conducen hacia realidades que ni en las películas de ficción se dan.Vamos,que la realidad es a veces más dura que cualquier imaginación calenturienta. Es el caso de Corea del Norte. Un pueblo que está sugestionado por un poder político inadmisible en el siglo XXI...
El pasado mes de noviembre cuatro periodistas dentro de una delegación helvética viajaron al país más innacesible del mundo. Y pudieron comprobar que los norcoreanos ya no mueren de hambre, pero cuatro millones de ellos padecen desnutrición.
“Consiguieron salir de su país. No entiendo por qué quieren volver”, me confiesa un turista occidental cuando embarcamos en el vuelo Pekín-Pyongyang. Se refiere a un grupo de norcoreanos que viaja con nosotros, con un pin rojo en el ojal de la chaqueta. Son los primeros indicios del culto a la personalidad que profesan al ‘gran líder’ Kim Il-sung, el denominado el ‘Sol eterno de la humanidad’.
Según nos cuentan en Swissinfo.ch,en este lunes de noviembre, la mitad de los pasajeros son occidentales, sobre todo diplomáticos y cooperantes. Algunos han pasado el fin de semana en Pekín para cambiar de aires.


El embajador suizo en China, Mongolia y Corea del Norte es parte de la comitiva. Blaise Godet reside en Pekín y suele viajar regularmente a Pyongyang para sostener conversaciones diplomáticas y visitar a los cinco ciudadanos helvéticos que viven en este país, con 24 millones de población.

Un inmenso retrato de Kim Il-sung nos da la bienvenida en el aeropuerto de la capital norcoreana. Durante todo el viaje, los carteles de propaganda serán el único toque de color que percibiremos en este ambiente gris, a excepción del maquillaje de las jóvenes norcoreanas, coquetas a pesar de todo, y el uniforme azul de la policía de tráfico.


Lo que describen es un mundo apartado y aislado del resto. Cortes de luz, nada de comunicaciones vía móviles e Internet, nada de prensa extranjera, la ciudad apenas tiene iluminación excepto los monumentos al líder nacional y los barrios son de noche intransitables por la ausencia de iluminación y por las calles circulan viejos jeep soviéticos, del tipo Lada, tranvías de la República Democrática Alemana (RDA) y algún coche moderno. “Son muchos más que antes. Hay una evolución”, anota el embajador Godet. También abundan los ciclistas, pero exclusivamente hombres. El gobierno prohíbe a las mujeres montar en bicicleta. “Andan en la luna… provocarían accidentes”, comenta nuestro guía, con una sonrisa de oreja a oreja.
Los viajeros suizos hablan de su día a día en Corea del Norte. Todos -sin excepción- reconocen que no saben prácticamente nada de la vida de los norcoreanos, cómo transcurren sus jornadas, cuánto ganan o qué piensan. No parece fácil entablar amistad con un norcoreano.
Los viajeros se hospedan en un hotel gigantesco en la periferia de la capital. Es imposible salir para dar una vuelta por el centro. En el interior encontramos algún pasatiempo: una boutique con relojes y navajas suizas y un casino, donde los clientes –sobre todo chinos– despilfarran millones. Por muy colectivista que sea, el régimen del gran líder tolera algunos excesos.
Tras visitar algunas zonas todas ellas desmilitarzadas-las menos- y algún parque industrial para regresar a Europa y salir de Pyongyang tienen que presentar la solicitud correspondiente con una semana de antelación...

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Tras la muerte del líder norcoreano Kim Jong Il, el experto en seguridad Albert Stahel explica la razón de que todas las miradas se dirijan al sucesor de esa dictadura totalitaria.
Mucho dependerá de la forma en que Kim Jong-un, hijo del líder norcoreano, sea recibido por los generales del régimen, considera el profesor de Estudios Estratégicos de la Universidad de Zúrich.

En una entrevista con el profesor Stahel podemos percibir cual es la situación actual de ese país norcoreano....La entrevista la títulan así:
LO QUE QUIEREN ES COMER.


Aquí...