jueves, 21 de abril de 2011

El difícil estado de la cuestión...


Ya van casi dos meses que se inició el conflicto de Libia. El levantamiento popular contra el coronel Muammar Gadafi ha dividido al país, la oposición no logra consolidarse ni en lo militar y menos en lo político y la huida hacia los países vecinos y a Europa es masiva y las muertes tanto civiles como militares crecen incesantemente día a día.
Según un análisis de rnw/RadioNeederland, escrito por Mariano Aguirre que es director del Centro Noruego para la Construcción de la Paz y que me parece muy equilibrado, la situación en Libia es como una semana de pasión, es decir, un equilibrio difícil y con un futuro nada claro mientras las víctimas aumentan y aumentan especialmente las civiles y sin menospreciar las militares...
Afirma el Aguirre que desde principios de abril la OTAN ha efectuado 2.800 misiones y, según sus estimaciones, ha destruido un tercio de la capacidad militar del gobierno, pero el país está casi partido entre el Oeste controlado por Gadafi con su centro en Trípoli y el Este ocupado por las fuerzas rebeldes, con el centro de operaciones en Bengazi. Entre tanto, ciudades como Misrata se encuentran sitiadas por el ejército oficial mientras se producen cada vez más bajas civiles y militares.
En un tipo de combate casi cuerpo a cuerpo, la fuerza área de la OTAN no es efectiva, particularmente para operar en centros urbanos. Pero en la zona rebelde, donde la situación humanitaria es cada vez más grave, hay un creciente convencimiento de que esta organización no hace todo lo que podría.



El impacto
La guerra está causando un número creciente e indeterminado de víctimas mortales y heridos, además de refugiados y emigrantes. La ONU calcula que más de medio millón de personas han salido de Libia en los últimos dos meses. La mayor parte son inmigrantes extranjeros y alrededor de 100.000 libios. La mayoría van hacia Egipto, Túnez, Níger y otros países de la región, pero muchos tratan de alcanzar las costas europeas.
Este flujo adicional de ciudadanos provenientes de África está creando tensiones entre miembros de la UE, una razón más para que los gobiernos de Italia, Malta, Francia y España esperen que la guerra en Libia termine cuanto antes.
La economía se encuentra seriamente afectada en la medida que depende de la exportación de petróleo: la producción ha caído de 1.6 millones de barriles por día a 300.000. Una eventual partición del país según las posiciones que ahora controla cada parte dejaría a un cuarto de la producción de petróleo y los puertos por los que sale el crudo en manos de los rebeldes, pero la infraestructura administrativa y las relaciones con el exterior para vender la producción están situadas en Trípoli.
Dudas sobre la OTAN
Los bombardeos de la OTAN resultan insuficientes para que la oposición pueda triunfar pero evitan que Gadafi pueda, por el momento, imponerse. No han logrado, como se esperaba, que el Coronel renunciase al poder y que más miembros de su gobierno o fuerzas armadas desertaran. Las fuerzas de Gadafi y de la oposición utilizan armamento antiguo. Pero el ejército oficial es más organizado y está usando tácticas innovadoras, por ejemplo, vestir a sus efectivos como civiles y usar el mismo tipo de vehículos de carga ligera que la oposición para confundir a la OTAN y a los mismos rebeldes.
Las fuerzas opositoras piden que se intensifiquen las acciones militares pero solamente seis miembros e la Alianza, especialmente Gran Bretaña, Francia, Canadá, Dinamarca y Estados Unidos, las están realizando. El resto de los 28 miembros de la OTAN permanecen en posiciones que van desde la inactividad hasta la cooperación cautelosa. Una de las razones es que muchos de los blancos están en zonas civiles, pero otra es básicamente política: Alemania y Turquía, por ejemplo, se opusieron a la operación militar desde el principio.
Los gobiernos de Washington, Londres y París mantienen una postura difícil de entender para los opositores libios y para las sociedades europeas y de Estados Unidos. Por una parte indican que la OTAN sigue la Resolución 1973 de la ONU que contempla proteger civiles pero no derrocar a Gadafi. Pero, por otro lado, insisten que no hay solución para Libia hasta que el Coronel no deje el poder. Más aun, en un artículo conjunto firmado por los mandatarios Barack Obama, David Cameron y Nicolas Sarkozy publicado el 15 de abril indicaron que debido a que Gadafi “ha perdido el consenso de su pueblo, cualquier acuerdo que le permita continuar en el poder podría conducir a mayos caos y falta de legalidad”.
Un Gadafi victorioso

Esta última afirmación les ha situado en una posición complicada porque si los rebeldes y la OTAN no logran derrocarle, entonces Gadafi podría salir totalmente victorioso de la contienda en algunas semanas o habría que alcanzar un acuerdo de paz entre él y la oposición. Un escenario más grave sería que las fuerzas oficiales libias derrotasen casi totalmente a la oposición, que se volvería una guerrilla residual, y la OTAN se encuentre librando una guerra por aire contra un país árabe. Esta situación sería insostenible para Occidente.
Qué estrategia debe seguir la OTAN es una incógnita dentro de la organización debido a las disputas internas. Francia y Gran Bretaña quieren una mayor implicación de Estados Unidos, pero el 19 de abril el vice-presidente de este país, Joseph Biden, indicó al Financial Times que para Washington la prioridad regional está en Egipto y que Libia es una cuestión básicamente europea. Esto coincide con la posición militar adoptada por Estados Unidos desde el principio de mantenerse en un segundo plano.
Los gobiernos de Francia y Gran Bretaña vieron la oportunidad de ganar prestigio ante sus propias opiniones públicas y más peso en el marco de la OTAN librando una guerra contra un enemigo aparentemente fácil, pero ahora se encuentran en una situación crecientemente difícil.



Opciones militares
Una posibilidad es proveer armas a la oposición pero esto iría contra el embargo aprobado por la ONU. Hasta ahora Washington y los gobiernos europeos han desestimado esta opción. Entre tanto, el 18 de abril los rebeldes indicaron que Qatar, el único país árabe implicado militarmente contra Gadafi, esta facilitándoles armas ligeras.
Entre tanto, Gran Bretaña ha aumentado esta semana el número de asesores militares que operan con la oposición mientras que Italia y Francia también enviarán asesores. Pero la capacidad política de la oposición sigue siendo incierta y no se entrena a un ejército en pocos días, y menos aun solo con “asesoramiento”, según la fórmula del gobierno británico.
La oposición libia es débil, desestructurada y con pugnas internas. Pese a que emergen algunas figuras, especialmente ex funcionarios del gobierno o exiliados que han regresado al país.
Sobre la situación sobrevuela el fantasma de Vietnam y la forma en que empezó la implicación de Estados Unidos en ese país: primero asesores, luego armas para apoyo a una oposición débil, y terminar en una intervención militar fallida durante años.
Precisamente, la opción que nadie quiere asumir por el momento es intervenir con fuerzas extranjeras por tierra, que podría conducir a una guerra de larga duración, además que sería definitivamente vista como una intervención de Occidente en el mundo árabe. Aquí también sobrevuelan dos fantasmas: Irak y Afganistán, dos guerras en curso.
Artículo completo en:RNW
OTRA FUENTE: El blog de ecfrmadrid.

No hay comentarios: