miércoles, 18 de marzo de 2009

DE COCHES Y PALACIOS


Leo en un periódico de tirada nacional que entre las 17 autonomías de España tienen 1.200 coches oficiales. De 17 a 1.200 es una relación anormal. Por que podían tener 2 por consejero a una media de 20 consejerías (que son muchas)supondría 340 autos oficiales en total.No son suficientes. No creo que sea algo prioritario que los elegidos por los votos necesiten tener tanto móvil. Si quieren ver una obra in situ pueden usar automóviles más convencionales. La función de inaugurar o poner una obra en marcha no le da ningún valor añadido que sea en un coche de 20.000 euros o en otro de 48.000. La autopista, el auditorio, el parque van a ser lo mismo. Otra cuestión: están de moda los palacios. Si se necesita un Juzgado no vale una obra eficaz y suficiente; no, tiene que ser un Palacio de Justicia; no vale un lugar para hacer deporte,no; tiene que ser un Palacio de Deportes. Y todo así. ¿Por qué? Háganse las obras ajustadas a la necesidad y dejémonos de contratas y arquitectos faraónicos. Lo importante es que la Justicia tenga espacios para archivos, salas para reuniones de trabajo; un Hospital que tenga espacio para las camas necesarias; que las habitaciones no estén masificadas y que tengan los servicios no en los pasillos y comunes a una planta como hasta hace poco hemos visto. Y en las urgencias equipos de médicos y enfermeras especializados; no colocar allí a l@s mir y que se las arreglen con pocos médicos experimentados que también tienen que atender en planta y llevar médicos en práctica.Un palacio de las ciencias: no sería mejor una edificación más modesta y crear centros de investigación científica y pagar bien a los científicos. El palacio-ciencia así entendido es un museo-enumeración-turístico pero no un lugar de estudio e investigación. Eso es la política que queremos los de a pie. No declaraciones en los medios, ni periodistas que les bailen en las tertulias el aire a cada partido reproduciendo el dualismo frentista e inoperante.
Coches sí; medios, todos los necesarios. Lujos y apariencias tontas sobran. Y ahí es donde hay que poner el cascabel al gato.

Yo no sé qué manía hay de representar el cargo o el poder adornándolo con símbolos de influencia como el coche. Hoy en día que todos sabemos lo que es un auto-herramienta imprescindible para el trabajo y para el ocio-,el llevar coche no debería ser un signo de autoridad...pues la soberanía está en el pueblo. Quiero decir, así como el mago de la tribu llevaba el baston o las plumas como símbolo de su poder y diferenciación,en las sociedades actuales ya no son los trajes, o la corbata: el coche es el elemento diferenciador y que marca la distancia. Blindado, con gran potencia, gran tamaño, su chófer, etc. ¿Es esto necesario en una sociedad del siglo XXI?. ¿No es un símbolo ya superado?. Debería serlo. Pero lo que sí está claro es que en una época de crisis - y en la no crisis, también- la ostentación supone una OFENSA MORAL y ÉTICA a los ciudadanos. La democracia no los vota para que rivalizen unos dirigentes frente a otros a través del automóvil... y sí para que los hospitales tengan médicos suficientes, para que se construyan y se les dote de los medios necesarios para rebajar o eliminar las LISTAS DE ESPERA. Para que los jueces y juzgados estén más informatizados y menos burocratizados, para que los autónomos tengan sus derechos cubiertos y los agricultores o pescadores tengan protegidos sus cosechas o sus mercados; para... en fin, trabajar por mejorar a los demás y no pensar solo en el beneficio corto y rápido. Un plan general de austeridad, fuera tanto parque móvil,fusión de consejerìas añadidas, sueldos racionales y suficientes y más tiempo dedicado a concertar con la oposición o con el gobierno y no perder legislaturas enteras que si trajes, que si coches, que si recalificaciones. Supervisión exhastiva de todas las autonomías y más competencias para el gobierno del Estado.Y recordar el dicho: La mujer del césar no solo debe ser honrada sino parecerlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes razón Marcelino. La verdad es que la clase política - no toda, ni mucho menos- está dando un imagen cuando menos dudosa. En los Ayuntamientos especialmente el tema de las contratas y el de las recalificaciones es más que llamativo. El gobierno, el estado, las haciendas generales y autonómicas deberían ser MUY EXIGENTES y CONTROLADORES EXHAUSTIVOS de todos estos procesos y sancionar claramente a quién judicialmente sea condenado por ser culpable. Mientras esto no ocurra la situación se agravará.

Anónimo dijo...

Lo de los coches es ridículo. Son comportamientos inmaduros: no es el pensamiento, ni la capacidad de razonamiento, ni la simpatía, es el poder, el fardar de tener algo más grande que el vecino, es la VANIDAD.
Y en cuanto a los Palacios tienes toda la razón. Es la torre del palacio más alta es la de mi pueblo(con perdón para los de pueblo que somos casi todos), es decir, seguimos con pautas de comportamiento inmaduras cuando menos.