domingo, 13 de junio de 2010

LEÓN EL AFRICANO



León el Africano se definía así: “Mi sabiduría ha vivido en Roma, mi pasión en El Cairo, mi angustia en Fez, y en Granada vive aún mi inocencia”. Amin Maalouf, premio Principe de Asturias Letras 2010,tuvo en la novela León el Africano(1986) su primer éxito internacional y cuenta la vida de un granadino exiliado. Se trataba de Ben Muhamad Al-Wazzan. Sobre él dice Amin:"Siempre me ha interesado mucho Al Andalus, ese modelo de convivencia de las tres religiones monoteístas y esa edad de oro de la civilización árabe, pero al personaje de Hasan, también llamado León, llegué por causalidad", cuenta: "Un día, estaba leyendo un libro sobre otro gran viajero, Ibn Batuta, y, en una nota a pie de página, vi que tal comentario de Ibn Batuta había sido confirmado por León el Africano. El nombre era raro, me llamó la atención. Así que busqué en un diccionario y leí que había nacido en la asediada Granada nazarí de Boabdil, que, tras la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos, su familia había huido a Marruecos para no verse obligada a adoptar el cristianismo, que había sido un gran viajero y geógrafo y que había terminado en una corte papal. Ya no pude abandonarle. Leí todo lo que había sobre él, viajé a Granada y escribí esa novela".
Semanas antes de recibir el premio, Amin Maalouf firmó, junto con Juan Goytisolo, José Saramago, Manuel Pimentel y otras gentes de buena voluntad tanto de España como de fuera, una petición para que el PPAsturias de la Concordia le fuera concedido a los moriscos expulsados de sus tierras españolas en los siglos XVI y XVII por equidad y justicia: otros compatriotas forzados al exilio por el fundamentalismo nacional-católico, como los judíos sefardíes, ya recibieron ese galardón en 1990. Es lógico que el mismo reconocimiento recaiga sobre los moriscos también expulsados. Frente a los ultras de la pureza de sangre, Maalouf propone el mestizaje, la asunción de las muchas identidades con las que cargamos la inmensa mayoría. En el caso de Maalouf esas identidades serían las de beirutí, libanés, árabe, de origen cristiano, de idioma francés, de valores laicos y democráticos, de convicciones europeístas, de gustos mediterráneos... e hispanófilo.
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Maalouf espera que el premio que ayer le fue concedido no impida que España sea capaz de reconocer algún día la tragedia que sufrieron los moriscos. "Los judíos sefardíes y los moriscos fueron grandes víctimas de una visión de uniformidad cultural y religiosa que entonces se impuso a la fuerza en España y que reaparece una y otra vez en la historia. Conozco muchas historias de moriscos expulsados de España que se instalaron en Marruecos y otros países mediterráneos. Siempre vivieron con la nostalgia de España, con el deseo de volver a casa".
Nacido en Beirut en 1949, instalado en Francia para escapar de las guerras que desangraron Líbano en los años setenta y ochenta, escritor en francés, ganador del Goncourt en 1993, Maalouf ha escrito ensayos y novelas maravillosos sobre el mundo arábigo-musulmán de ayer y de hoy como Las cruzadas vistas por los árabes y Samarcanda, y textos iluminadores sobre la actual condición humana como el reciente El desajuste del mundo. El haber nacido en el seno de una pequeña comunidad, la greco-católica, de un país que siempre ha sido punto de encuentro, y de fricción, entre Oriente y Occidente, el Islam y el cristianismo, la política y la religión, la sensualidad y los negocios, el amor y la guerra, ha forjado su personalidad de intelectual que defiende a la par la universalidad de los valores de la ciudadanía democrática y la riqueza de la diversidad cultural.

Sobre España y Europa afirma: La geografía, estar en el lado occidental del Mediterráneo, favorece hoy a España y perjudica a un Líbano que, en el lado oriental, sufre en carne propia la tragedia palestina y los otros tumores del Levante. "El mundo entero, y no solo los habitantes de la zona, necesita una solución rápida y justa a los conflictos de Oriente Próximo, empezando por el palestino", dice Maalouf. "Lo que ocurre allí envenena desde hace décadas todo el planeta. Y el mundo también necesita una Europa más unida y con mayor peso. Si Europa no se une, si no consigue una armoniosa integración de los inmigrantes, si no se alza como la gran referencia de la libertad, la ecología, la paz y la cultura, todo el mundo lo sufrirá. Europa es, debe ser, la voz de la razón".
¿Alguien escuchará estas voces?

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3 comentarios:

Rubén dijo...

"Leon el africano" es uno de mis libros favoritos, me alegro mucho de que hayan premiado a Maalouf.
Saludos y buena semana.

marcelino dijo...

Es claro que es un escritor merecedor de tal premio. Los dos libros por mi leidos me gustaron. Smarcanda y Leon el africano son muy buenos. Hasta otra.

Compañeru dijo...

¡Qué buenos libros son los de Maalouf! Se leen con avidez y nos introducen en el mundo árabe de la España de ayer y en el pensamiento y acción de la tradición árabe...Da gusto y se merece bien, muy bien, todos los premios y el mejor el disfrute de sus lecturas.