miércoles, 26 de mayo de 2010

COSAS DEL ESTE


Un experimento fue lo ocurrido con la cultura rusa del siglo XX.La aparición de la política en la vida cultural de un gran país, como es Rusia, durante un período de tiempo largo, que cubre las guerras mundiales, las revoluciones convulsas y el terror más implacable, fue un hecho histórico e importante.
La relación entre la cultura y la política siempre ha existido, siempre han ido de la mano. Nombres como Rimski-Korsakov, Igor Stravinski, Prokofiev, Chaliapin, Filonov, el Teatrol de Arte de Moscú, Tolstoi, Maksim Gorki y Alexander Solzhenitsyn o Anna Ajmátova siempre estuvieron, en Rusia,unidos a la acción política. Lenin primero y Stalin después, entendieron la utilidad de la cultura como herramienta política, no sólo dentro del país y sí, también, fuera, en el campo internacional y utilizaron la cultura como arma de influencia y poder. Los premios Nobel de Literatura fueron unos eventos no sólo culturales sino políticos y así Rusia, un país con cinco figuras como Iván Bunín, Boris Pasternak, Mijail Shólojov, Solzhenitsyn y Joseph Brodsky, y sus autoridades soviéticas manifestaban su indignación ante la politización del premio Nobel que esas mismas autoridades ensalzaban cuando les interesaba pues servía a sus intereses.SOLOMON VOLKOV.
El autor de El coro mágico, Solomon Volkov, nos cuenta en este magnífico libro la historia de la cultura rusa desde Tolstoi a Solzhenitsyn.
Es muy interesante y se lee en un abrir y cerrar de hojas que nos resbalan de forma sugerente e ilustrativa mostrando las interferencias entre la autoridad y el elemento cultural, sea literario, musical,de pintura o escultura; sus relaciones fueron variables: de amor y odio, de atracción y repulsión, según favorecieran o perjudicaran a los fines políticos tanto en el interior como en el exterior de Rusia.
La mayor parte de la élite cultural rusa estuvo implicada en los disturbios revolucionarios de 1905 y como nos cuenta Volkov las posturas se radicalizaron. Así la música que era una actividad más apolítica no se podía mantener ajena a estas disputas. Fue por ejemplo el caso de Rimski-Korsakov, profesor venerado y el más influyente, pero que debido a los acontecimientos de aquel domingo sangriento cuando tomó partido por los estudiantes que pedían la expulsión de otro estudiante que apoyaba y había participado en el tiroteo contra los trabajadores, cayó en desgracia y fue repentinamente despedido. De nada le valía su enorme prestigio pues sus ideas políticas habían adoptado un intenso tono rojo. Esto produjo un gran escándalo y un enorme apoyo del público y de los campesinos que recaudaron dinero para ayudar al músico que sufría por el pueblo. Se convirtió así en un héroe nacional.Nicolás II estaba perdiendo crédito. Su ruptura con el elemento cultural le traía los problemas con los estudiantes y con los campesinos. El abismo entre la inteligencia rusa y la sociedad era cada vez mayor. El rodillo rojo se había puesto en marcha.

En el libro se expone también cómo Lenin se encargaba de examinar los candidatos que pedían viajar a Occidente. Los bolcheviques se mostraban reacios a permitir que las principales figuras del mundo de la cultura rusa viajaran al extranjero.La lucha continuada de Lenin con Gorki y después con Stalin. Como éste le enviaba cartas exponiendo y explicándole su ambicioso programa para la URSS Y como Gorki presentaba sus proyectos editoriales a Stalin. Éste intentaba implicar a todo tipo de artistas en sus planes de industrialización: no solo a sus tan admirados tradicionalistas, sino también a las vanguardias rusas(por las que incluso sentía asco)...Cómo intenta también poner a su servicio al cineasta Sergei Eisenstein autor de la película El acorazado Potemkin...
El autor nos cuenta con detalles y claramente cómo el propósito de construir una sociedad enteramente nueva conllevó el férreo control sobre las manifestaciones artísticas que el poder consideraba dignas de ella, tanto las procedentes del pasado anterior a la revolución como las que se produjeron en su seno. Las que convenían al nuevo credo se promocionaban desde el poder; el resto se silenciaban y condenaban al olvido.
El recorrido de Volkov por la cultura rusa abarca la pintura, el cine, la danza y la música, además de la literatura, siempre desentrañando sus complejas relaciones con el poder, que sólo empezaron a transformarse con la llegada de Gorbachov al Kremlin y el inicio de la perestroika.
Libro para perderse en sus capítulos, al que le guste conocer esta etapa de la historia rusa y las interrelaciones entre poder político y poder cultural.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante la utilización de la cultura por la política. Siempre ha sucedido. Lo que pasa que en épocas como la de Rusia el manejo de las masas a través de cualquier medio era importantísimo así como la creación de un estado de opinión tanto dentro como fuera era decisivo. Por eso Stalin y Lenin y demás hacían propios a los artistas que elogiaban sus objetivos y defenestraban a los que les criticaban y nada digamos si se oponían a su política. Y lo misma daba que fueran músicos, que poetas, que cantantes que actores...todos estaban controlados. Creo que eso mismo ocurre más sibilinamente ahora. Y en todos los estados.

Felixelgato dijo...

El libro parece más que interesante. Habrá que leerlo: El coro máginco de Volkov. Tomo nota.

Epaminondas dijo...

También lo he leído y me pareció una historia no por sabida menos interesante. El autor recorre todo el espectro de la cultura rusa y sus relaciones con el Kremlin. Lo recomiendo.