miércoles, 21 de diciembre de 2016

LA AVENTURA DEL SEÑOR DE SIPÁN

¿Sabes cómo era el señor de Sipan?

Lo cierto es que de las culturas americanas precolombinas (excepto de las culturas inca, maya y azteca) poco sabemos. Nombres como los mochica y su cultura no son tan conocidos al menos para este que escribe. Voy por tanto a realizar este post como el resultado de una puesta a punto no sólo del señor de Sipan sino también de las otras culturas americanas.

En la primavera de 1987, el arqueólogo peruano Walter Alva descubrió la tumba de un gobernande moche al que llamaron "El Señor de Sipán" La información dio la vuelta al mundo y se trataba del enterramiento más importante y rico de América.

Este pueblo llamado mochica habitó la costa norte de Perú, desde el siglo I al VI, entre el litoral y la cordillera de los Andes. Aparecieron restos de templos, pirámides, palacios y fortificaciones y canales de agua. Sus objetos nos dan idea de un pueblo de agricultores, pescadores, artesanos y guerreros que supo superar unas tierras desierto.
Una novela de aventuras fue su descubrimiento.
Walter Alva, su íntimo colaborador Luís Chero, dos estudiantes y dos policías se hicieron cargo del sitio arqueológico. Todas las noches tenían que defenderse a tiros de las incursiones de los huaqueros. Los traficantes alentaban a los aldeanos de Sipán para que saquearan la plataforma. Si Walter y su equipo descubrían más tumbas se quedarían sin negocio. Un marchante italiano llegó a amenazar de muerte a su familia.


Tras la aparición en la prensa de fotografías de algunas de las piezas saqueadas y vendidas en Trujillo, la policía volvió a la casa de los Bernal. Ernil llegaba en ese momento, según cuentan sus compañeros huaqueros, venía de enterrar ocho sacos de oro, casi la totalidad de las piezas expoliadas. La policía le dio el alto, pero él salió huyendo, le tirotearon y cayó muerto.



La muerte de Ernil Bernal tensó aún más la situación en la excavación. Walter Alva y sus colaboradores vivían prácticamente sitiados. La leyenda o realidad de los ocho sacos de oro había comenzado y todavía hoy hay gente que los sigue buscando. El año pasado la tumba del huaquero Ernil fue profanada. Al parecer unos brujos se llevaron su cabeza para hacerla hablar mediante conjuros, para que les contase donde había enterrado los sacos de oro.


Dos meses después, los arqueólogos encontraron una gran tumba cerca de la saqueada. En un costado del contesto funerario apareció la osamenta de un guerrero, posiblemente un guardián. Este hecho certificaba la importancia del enterramiento.


La comandancia de Chiclayo destinó a la excavación dos policías más ante el inminente descubrimiento. Las reyertas nocturnas cesaron poco a poco, aunque en ocasiones había tiroteos esporádicos.

Lentamente, a golpe de pincel y espátula, el equipo dirigido por Walter llegó hasta el sarcófago de madera de algarrobo del personaje principal. Pocos días después aparecieron los primeros ornamentos de oro, plata, cobre y turquesa: Orejeras, coronas, diademas, collares, pectorales, cetros de poder. Un total de seiscientas piezas que componían el ajuar funerario de este personaje de la elite mochica, el primer gobernante moche que fue recuperado para la historia, al que se le comenzó a llamar El Señor de Sipán. La tumba contenía también los cuerpos de ocho personas que acompañaron a su señor en su viaje al más allá: Tres mujeres, el porta estandarte, el jefe militar, un niño, el vigía y un guardián con los pies apuntados. Todos ellos con sus emblemas y ornamentos que los diferenciaban.

Desde entonces, el equipo de Walter Alva ha descubierto 14 tumbas más en esa misma plataforma funeraria, las dos ultimas hace pocos meses. Todas pertenecen a personajes de la elite mochica: Gobernantes, sacerdotes, jefes militares, etc. Actualmente están consideradas como las tumbas más ricas de América. Los tesoros encontrados se exhiben en el Museo Tumbas Reales de Sipán, en la ciudad de Lambayeque, uno de los mejores museos arqueológicos del mundo.

Veinte años después, los descubrimientos continúan. En estos momentos se esta excavando la tumba 15. Parece que puede ser la del primer gobernante de Sipán y fundador de la dinastía.


El primer descubrimiento, fue una cámara llena de ofrendas, unas 1200 vasijas de cerámica sin precedentes, que presagiaban que algo importante estaba por aparecer.

En julio del mismo año, el equipo de arqueólogos en el primer nivel de excavación, se encuentran con un esqueleto con los pies amputados, signo inequívoco de que pertenecía a una tumba intacta, posiblemente pertenecía a un vigía de su señor.
A éste le siguió otro vigilante que contaba con el mismo aspecto, en una pequeña hornacina, parecía puesto allí para  vigilar durante toda la eternidad, contaba con la  misma característica que el anterior, le faltaban los pies.
Bajo un enrejado de troncos se encontraron con una tumba central de madera; rodeaba a ésta dos llamas sacrificadas. En la esquina el cuerpo de un niño. A los lados dos ataúdes, el del jefe militar (con el pie izquierdo amputado) y el del portaestandarte (a los pies el esqueleto de un perro); a los pies del Señor su esposa principal con corona de cobre, y a la cabeza los hueso
y a la cabeza los huesos de una mujer joven y un niña de unos 11 años. En total nueve cuerpos humanos.Hasta sacar todo a la luz, trabajo que les llevó más de dos meses debido al mal estado de conservación, no fueron conscientes del tesoro que habían encontrado.
El personaje de la tumba central, protagonista del descubrimiento lo bautizaron como Señor de Sipán.El ataúd era de madera de caña y fibras vegetales, y encima había diversas capas de telas, mantas, esterillas, que nos dan pistas de un ritual funerario complejo y estudiado.Por lo estudios de ADN se sabe que medía 1,67 m de altura, murió a los 40 años de edad y era descendiente del Viejo Señor de Sipán (de el que hablamos más adelante). Vivió durante el siglo IV.
En el interior de la tumba se hallaron piezas ornamentales de incalculable valor. Portaba una corona de oro, en su vestimenta detalles en turquesa, unas orejeras también de esta piedra combinada con oro, pectoral de plata y oro, conchas, caracolas e incluso sonajeros de oro puro, así como un cetro rematado en una forma piramidal de éste material. A su muerte le acompañó todo un ajuar de objetos necesarios y de joyas (más de 400), así como de su séquito de personas de confianza.Las vestimentas que portaba denotaban su poder y alto rango. Fue un gobernante en su época, considerado una figura semi divina.
Las excavaciones no terminaron hasta un año después. Dada su importancia fueron financiadas por diversas entidades; hasta el año 2000 se descubrieron unas 13 tumbas de distintas épocas.
Según leo en la revista Muy Interesante del mes de diciembre es la primera vez que apareció un enterramiento real de una civilización preincanca totalmente completo, intacto pero el estado del cráneo  del Señor de Sipán estaba partido en 96 fragmentos. Gracias a una reconstrucción forense en 3D se pudo poner cara y recomponer su aspecto físico. Los investigadores ensamblaron virtualmente el cráneo con los trozos que faltaban y le aplicaron técnicas forenses para añadirle los tejidos y calcular las dimensiones y forma de la nariz y otros órganos faciales. Según su análisis, el lider mochica tenía entre 45 y 55 años cuando murió, medía 1,67 y presentaba el aspecto típico de los indígenas sudamericanos que vivían en Perú. Con esta información ya tenemos una idea del Señor de Sipán y en los enlaces podemos ampliar conocimientos. Para eso está la red.

ENLACES:
Culturas precolombinas
Señor de Sipán
Museo

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