lunes, 22 de diciembre de 2008

EL CAPOTE


En Navidad los cuentos se agrandan. Adquieren una dimensión universal y pasan de un sentido lúdico e infantil a recordarnos algo más trascendente: la importancia de lo minúsculo, de lo íntimo, de lo cotidiano frente a lo grande, a lo público o poderoso.
En mi modesta biblioteca casera y personal descubrí el otro día un libro minúsculo, pequeño. Recuerdo de mi infancia, cuando mis dineros eran como los de Akakin. En el Fontán se vendían estos libros de Enciclopedia Pulga a 1,50 pesetas cada uno. Fue uno de mis primeros cuentos. Lo he leído hoy otra vez y me parece un excelente cuento para este tiempo.



Hay una versión actual de La editorial Nórdica Libros que ha publicado dos pequeñas joyas: 'El capote', de Nikólai Gógol, y 'Bartleby, el escribiente', de Herman Melville. El primero ha sido ilustrado por Noemí Villamuza y el segundo, por Javier Zabala. En estos dibujos del capote gigante, de Villamuza, prima el movimiento o el sentido triste y frío de la sociedad burocrática de Petesburgo. Son imágenes que despojadas de elementos accesorios retratan de forma sobria y significativa el sentido de la obra de N. Gógol.


Si quieres leerlo lo tienes aquí con el título de El Abrigo:http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/rus/gogol/abrigo.htm

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los cuentos son un género literario para todas las edades. Yo leo cuentos hoy como ayer. De niño me los leían y ahora los leo y estudio a sus autores. Y la verdad, no sólo son para niños. Son mucho más. Feliz blog y buenas navidades.