La guerra de la ex Yugoslavia.En junio de 1991 se inició la guerra y duró hasta el 2001. Esto hace ya -parece que fue ayer- veinte años que se inició la confrontación más cruenta después de la segunda guerra mundial. Y tan cerca y con motivos tan entendibles para nosotros... El futuro debería pesar más que el pasado.
Afortunadamente parece ser que los jóvenes serbios quieren enterrar la guerra. Las nuevas generaciones de un país con un 20% de paro dan la espalda a Mladic y miran hacia Europa.
Aunque jóvenes simpatizantes de Mladic desataron disturbios en Belgrado el pasado domingo por la noche para protestar contra la captura del general Ratko pese a ser todavía algo llamativo sin embargo por otros datos parece comprobarse que el radicalismo está en retroceso.
Un seguidor del exgeneral acusado de genocidio, Ratko Mladic, provocan a la policía antidisturbios durante una manifestación organizada por el ultranacionalista Partido Radical Serbio, frente al edificio del Parlamento, el 29 de mayo de 2011 en Belgrado.- SRDJAN STEVANOVIC (GETTY IMAGES)
Vista en perspectiva, la reacción a la captura del militar acusado del genocidio de Srebrenica ofrece motivos para pensar que en la sociedad serbia está lentamente cuajando un cambio de actitud, y que los odios del pasado van teniendo menos protagonismo en la vida del país. Unas 70.000 personas acudieron a una manifestación de protesta por cuestiones políticas y dificultades económicas convocada en Belgrado en febrero; el pasado domingo, solo 10.000 gritaron su rabia contra la detención de Mladic, pese a ser este un asunto con una carga simbólica extraordinaria.
Los jóvenes son el motor principal de esta silenciosa transición. Son el colectivo más azotado en una sociedad con una tasa de paro que roza el 20%. En 2008, era un 14,7%. Muchos de ellos reclaman a la política que se centre en el futuro, y la mala coyuntura económica refuerza su exigencia. En Serbia, el PIB por habitante ha caído de 6.600 a 5.200 dólares entre 2008 y 2010, según el FMI.
"Los problemas del pasado son irresolubles. Deberíamos cortar ya con todo aquello y centrarnos en las dificultades del presente: en el paro de los jóvenes, en las pensiones de los mayores. Deberíamos mirar más hacia el futuro."
El futuro debería pesar más que el pasado...
FUENTE: El País
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