viernes, 18 de marzo de 2011

NOS OLVIDAMOS DE LAS PERSONAS


Mientras en Europa nos preocupamos nada más que de la seguridad de nuestras centrales nucleares nos olvidamos de lo que está sufriendo el pueblo japonés. Las 60.000 casas destruidas, la falta de combustible cuando aún hay bajas temperaturas, las comunicaciones dañadas, los miles de desaparecidos y una reconstrucción que se valora en más de 130.000 millones de dólares y al menos entre 5 y 10 años. Está bien revisar nuestras centrales nucleares pero no olvidemos que las víctimas son ellos no nosotros y que nuestras centrales no tienen que enfrentarse a un terremoto de 9 grados ni a un tsunami que Europa nunca ha sufrido excepto en Portugal y no con esa intensidad.
Según leo en los diarios de este país existe polémica por el olvido egoísta de lo que nos puede pasar a los europeos en caso similar de radiaciones nucleares o si las mismas pueden llegar a nosotros con efectos más o menos directos, debatimos sobre si la energía nuclear se puede aplicar o se debe de eliminar...Parece que el tsunami no ha ocurrido, que los efectos de ese mar u ola marina llevándose por delante de forma impresionante las ciudades y las personas-miles son las fallecidas y muchos más miles desaparecidas- pasaran a segundo plano olvidándonos del verdadero drama humano y el sufrimiento que expresado de una u otra forma-mas bien de forma muy comedida-los japoneses apenas manifiestan... También leo en la prensa un artículo de Miguel A. Cristóbal Carle,psicólogo y experto en formación cross-cultural con más de 20 años de experiencia y también socio fundador de Healthy Work el artículo "los japoneses también lloran" y del mismo extraigo este párrafo sobre la mitología y el comportamiento japonés:
Sufrimiento interior
En la mitología japonesa, todos los comportamientos que resultan en relaciones positivas con los demás son premiados mientras que las acciones individualistas o antisociales son condenadas. Exteriorizar el sufrimiento implica cargar de energía negativa a quienes nos quieren o simplemente nos rodean. Por eso no vemos imágenes de muertos ni de sufrimiento. Por eso, desde nuestra cultura latina observamos asombrados lo que no entendemos, la contención a la hora de expresar sentimientos negativos como la tristeza y el dolor.

Pero el sufrimiento se lleva por dentro y mora dentro de cada japonés igual que moraría en cualquiera de nosotros. Prueba de ese sufrimiento son las únicas imágenes de dolor que hemos visto, las de niños, incluyendo una niña que sí que lloraba cuando observaba desde un puente como una inmensa ola arrasaba su pueblo. Hablando con un amigo japonés me comentaba que las nuevas generaciones si que están aprendiendo a llorar también por fuera. ¿Fruto de la globalización?

FUENTES:
Los japoneses también lloran

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué razón tiene el post! Incluso estoy viendo hoy martes cantidad de artículos en prensa, radio y televisión en los que se habla de una sola cuestión: la radioactividad y las posibilidades de contaminación y hasta dónde puede llegar...pero, los muertos japoneses, los desaparecidos unos segundos frente a espacios enormes y debates mas o menos técnicos. Para mí lo importante fue el tsunami y su destrucción y en segundo lugar lo otro.

Anónimo dijo...

¡Qué razón tiene el post! Incluso estoy viendo hoy martes cantidad de artículos en prensa, radio y televisión en los que se habla de una sola cuestión: la radioactividad y las posibilidades de contaminación y hasta dónde puede llegar...pero, los muertos japoneses, los desaparecidos unos segundos frente a espacios enormes y debates mas o menos técnicos. Para mí lo importante fue el tsunami y su destrucción y en segundo lugar lo otro.