PURGATORIO
Ayer fue el limbo. En abril del 2007 ya se publicaba por el Vaticano y su correspondiente Comisión Teológica que “existían serias razones teológicas para creer que los niños no bautizados que mueren se salvarán y disfrutarán de la visión de Dios”.Con lo que la iglesia eliminaba el concepto de limbo como el lugar donde van los bebés que mueren sin bautismo. Si es lugar se entiende como espacio y como tal estará ubicado en algún lugar de ese espacio(algún agujero negro, alguna galaxia, a la derecha, a la izquierda, arriba, abajo)… Limbo significa algo así como “borde” o “filo”. Parece que la blanca sotana de la ventana reconsidera que debe adaptarse a los nuevos tiempos pues supone según ellos mismos una “visión excesivamente restrictiva de la salvación”…El problema es si los que hasta ahora fueron al limbo estarían ahora reclamando daños y perjuicios… Como entonces se comentó, no se menciona si la medida es "retroactiva", es decir, si las almas de los bebés sin bautizar nacidos entre el siglo XIII y 2007 seguirán en el limbo, o serán "trasladadas" al paraíso, junto con las demás.LIMBO
Hoy en 2011 se hace lo mismo con el purgatorio. Benedicto XVI sostiene ahora que el purgatorio no es un lugar en el espacio y sí "un fuego interior que purifica el alma”…,es decir, un estado de ánimo.
Respecto al cielo y el infierno-categorías mayores y opuestas- ya en tiempos de Juan Pablo II la teología cotilleaba sobre la idea clásica considerando que el infierno y el cielo no eran lugares físicos y sí "meros estados de ánimo". El papa polaco en 1999 liquidó el asunto afirmando que ambos eran lugares y/o estados de ánimo. Entonces, hace tres años, Benedicto XVI volvió afirmar que el cielo y el infierno exiten como lugares físicos o reales entre las nubes… es la teología del papa actual, la intransigencia ante la evolución de la moral laica y la incapacidad de la teología y moral vaticana para adaptarse a una sociedad plural y distinta… Si el papa polaco advertía una entrada mínima de aire fresco el papa alemán por el contrario vuelve a la justicia divina,a la dualidad castigo y premio.
Pienso que el cielo y el infierno existen realmente. Están aquí en esta tierra y en nuestras vidas. El cielo lo tienen los que están en posesión de los bienes y del poder. Estos disfrutan de todo lo material y ejercen sus capacidades y desarrollan su vida con satisfacción(justa o injusta, esto es otra cosa). El infierno también se da aquí: más castigo, más infierno no se puede dar más a esas criaturas que mueren de hambre, que no tienen agua, ni medicinas, ni familia, los atacados por enfermedades, las randes y pequeñas guerras o desgracias físicas o morales: terremotos(Haití y todos los otros Haitíes)… y psunamis como la injusticia social, las desigualdades, el paro...Y respecto al purgatorio y el limbo piensen ustedes si no hay situaciones que se pueden clasificar dentro de esas categorías en las distintas situaciones de nuestra actual sociedad...
La vida, esta vida ya tiene en sí y ya adjudica a cada cual su estado correspondiente de mayor o menor componente de felicidad o de desgracia. No hace falta tanta imaginación. Basta con la misma realidad cotidiana.
Abrir las puertas y ventanas: que circule el aire por las mentes apegadas a morales dogmáticas y que oigan y escuchen no solo a los que van a las peregrinaciones teledirigidas y sí a la oposición, a los que piensan de otra manera, a los que tienen ideas fuera de su moral, de su creencia o de sus dogmas. Que respeten las formas de pensar distintas, que atiendan a la evolución del pensamiento y de la ciencia y que abran sus mentes a otros criterios que no sean los mistico-religiosos.
ENLACES:
*El cielo en las religiones.
*El infierno en otras religiones.
4 comentarios:
Lo que se puede ver es que el vaticano anda algo desconcertado. Le faltan reflejos. La sociedad está cambiando tan rápido que les cogen los acontecimientos siempre con el pie cambiado. Me temo que Dios envíe dentro de no mucho una carta al vaticano llamandoles la atención...¡que estais perdiendo el tre!
Razón tienes El EScorialín. Ya lo comentábamos el otro día. Están fuera de bolos. Que si pederastas, que si purgatorio si o no, que si profilácticos y demás. Y cada uno en su parroquia hace e interpreta como quiera. Pero bueno tenemos en las tertulias de la tele Cucas y demás iluminadas que nos van aclarar el camino...
Todo cambia y lo nuestro es cambiar menos el dogma católico que no se puede menear. A qué no está mal?
Al final, a los únicos que parecen importar estas cosas es a los no creyentes, el resto, católicos de pro o porque sí, les da igual, ni siquiera se enteran de ellas y siguen como si nada pasara. Lo importante es el folklore católico, y de ello vive toda esta caterva.
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