Pero voy al hecho de que no hay consejos de ministros, no hay ministros, no hay salas de prensa o estudios de televisión o radio para anunciar, explicar y aclarar lo que sea necesario. No. Hay que ir a México o a Polonia, o como el ministro De Guindos desde Alemania o Bruxellas… Los que nos piden el voto, los que nos dicen que son los depositarios de la voluntad popular quiebran la relación entre votantes y elegidos y sortean todo tipo de información. Sortean la claridad, la transparencia…en vez de realizar una presencia a una hora determinada, previamente anunciada, en los mejores y más populares medios de comunicación y explicar con pelos y señales las cosas y el por qué de las mismas y además convencer con argumentos, con datos y explicaciones detalladas nos anuncian desde ocho mil kilómetros de distancia unas medidas que primero ocultan la “letra menuda”, evaden las razones y sinrazones de esas nuevas normas y así nos tienen en vilo pues no sabe uno a ciencia cierta en qué medida va a ser una afectado, si el baremo que te corresponde te supone más o menos euros…
Y después está el nivel de información. Aquí se dan opciones únicas. Es decir, o esto o el desastre. Así , se presenta como única solución de mantener la sanidad el copago, de momento, en las medicinas. Y esto como solución cerrada. O el copago medicinal o sino es insostenible, la quiebra. Pero nadie argumenta, ni políticos, ni técnicos, ni la clase periodística intermediaria entre el poder político y el pueblo, si no hay forma de obtener recursos. Se ha pensado en las ganancias de farmacias y laboratorios. Se plantea que sobran miles y millones de medicinas en los distintos tratamientos pero nadie plantea la posibilidad de que si tengo que tomar quince pastillas durante quince días la caja que se vende tiene a lo mejor cincuenta: terminado el tratamiento las sobrantes se tiran, claro. Nadie pone sobre la mesa, PREVIAMENTE, otras posibles soluciones generales como por ejemplo subir el IVA u otra medida más o menos discutible. Aquí o se hace esto o el desastre. No hay alternativas. Pero sí se trata de abrir opciones y opiniones y discutir si Mouriño sí o no, entonces hay programas y estudios de radio, televisión y prensa a mogollón.
Y claro para que esto no ocurra, los ministros y primeros ministros de nuestro país se desplazan a México, Polonia o dónde sea-a kilómetros de distancia suficientes- como temerosos de una posible reacción…Cuando el reactor llega al aeropuerto, el ambiente ya está caldeado, el fuego primero está controlado y la doma del caballo popular y soberano contralado. Ya se le puede aplicar “ la medicina”.
Lo que yo os digo: Desde México, con amor.
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