viernes, 1 de octubre de 2010

LOS CAMINOS DE LA LIBERTAD


Me ha enganchado. En estos finales de septiembre entre las distintas propuestas sobre el día 29 y su HG, entre la disparidad de opiniones vertidas a favor y en contra, entre la clase periodística repartida entre sus patrones correspondientes, ante el diluvio de interpretaciones sobre el gobierno, los partidos, la clase política, los sindicatos, los dineros de unos y otros, los liberados, los piquetes y tal y tal me escapé al desván y allí rescaté de entre muchos-no tantos como yo quisiera- un libro titulado Los caminos de la libertad de Bertrand Russell. Y en un abrir y cerrar de ojos me lo leí todo de seguido. Es pequeño pero me pareció interesante y apropiado a la situación actual.
En la página 20 nos habla de que los "jefes de los más avanzados movimientos son en general hombres de un desinterés poco corriente...A pesar de que tienen seguramente tanta capacidad como muchos de los hombres que se elevan a las más encumbradas posiciones, no se hacen árbitros de los acontecimientos de su época ni alcanzan riqueza ni el aplauso de sus contemporáneos; estos hombres deben ser juzgados considerando su desinterés personal y...su motivo fundamental tiene que estar fuera de ellos mismos.Los precursores del socialismo, anarquismo y sindicalismo, en su mayoría-nos dice Russell- han demostrado que la esperanza que les anima no es el logro personal, sino el bien de la Humanidad."
Frases que si las aplicamos a los dirigentes actuales nos provocan más de una duda.
Considera también B.R. que aunque el bienestar humano sea lo que determina la vida de lucha y combate de estos hombres no resulta raro que los pormenores de sus palabras y escritos el odio sea-o al menos, lo aparente-más evidente que el amor.Es seguro que un idealista impaciente aumentará aún más su odio al ver la oposición...y concluye que "parece que los hombres que más se han sacrificado or la causa de beneficiar a la humanidad fueran inspirados más por el odio que por el amor...".

Este libro escrito en plena Primera Guerra Mundial, poco antes de que el autor fuera encarcelado por sus ideas pacifistas, en los capítulos siguientes analiza el socialismo, el anarquismo y el sindicalismo viendo las causas que a principios del siglo pasado parecían que iban a resolver los problemas de la sociedad y lograr mejoras que hoy en día no solo no se han logrado sino que en el inicio de la segunda década del siglo XXI parecen retroceder
-me refiero al estado de bienestar y a los derechos de los trabajadores y al equilibrio que se daría entre un capitalismo social y democrático y unas clases trabajadoras responsabilizadas e ilusionadas en el progreso en todos los sentidos. Pero no parece que las cosas vayan por el camino soñado...
En los demás capítulos se habla de Bernstein y la decadencia de la ortodoxia marxista, en las relaciones entre socialismo y comunismo, el anarquismo de Bakunin("La creencia en Dios y en el Estado son los dos grandes obstáculos a la libertad humana"); la rebelión sindicalista y el nacimiento del sindicalismo("El sindicalismo nació frente o contra el socialismo político"); la huelga como método sindicalista; relación entre trabajo y sueldo...En fin, todo un análisis que hoy es historia de cuestiones que este 29 de septiembre supone una puesta en la mesa de la actualidad.
Una lectura de ayer que la realidad de hoy hace interesante.

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