lunes, 17 de noviembre de 2008

OTOÑO EN OVIEDO


Casi invierno

Alamedas desnudas,
mi amor se vino al suelo.
Verdes vuelos, velados
por el leve amarillo
de la melancolía,
grandes hojas de luz,
días caídos
de un otoño abatido por el viento.

¿Y me preguntas hoy por qué estoy triste?

De los álamos vengo.

De Ángel González




El otoño se acerca


El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre.

De Ángel González



El agua que está en la alberca
y el verde chopo son novios
y se miran todo el día
el uno al otro.
En las tardes otoñales,
cuando hace viento, se enfadan:
el agua mueve sus ondas,
el chopo sus ramas;
las inquietudes del árbol
en la alberca se confunden
con inquietudes de agua.
Ahora que es la primavera,
vuelve el cariño; se pasan
toda la tarde besándose
silenciosamente. Pero
un pajarillo que baja
desde el chopo a beber agua,
turba la serenidad
del beso con temblor vago.
Y el alma del chopo tiembla
dentro del alma del agua.

Pedro Salinas

4 comentarios:

mariano santiso dijo...

Gracias Marcelino por los poemas y por las fotos de Oviedo.
Mi primer trabajo a los 17 años fue en la Joyería Alperi de la C/González del Valle, preparé la reválida en la Academia Llana con Don Mateo y viví unos años en Oviedo, así que el parque San Francisco era uno de mis rincones favoritos.

Unknown dijo...

Muy buenas las fotos de este artículo "Otoño en Oviedo", ¿cuándo las hiciste?, captan perfectamente la esencia de esta estación en Asturias, aunque la Plaza de las fotos se llame "España", camino del Campo San Francisco.

Anónimo dijo...

ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre.
y la foto que acompaña este texto nos muestra una escultura semioculta dedicada a ...............?
jaja que paradojas.

Desde mi realidad dijo...

Preciosas las fotos que acompañan a los textos de Ángel González. A mí me encanta el otoño, la caída de la hoja y el paisaje marrón anaranjado que trae con él...

Un saludito,

Aida